Quien diga que en este país no
soplan vientos de cambio es porque lleva mucho sin pisar la calle. El lunes,
Carlos Fabra entró en la prisión de Aranjuez, por una de sus múltiples causas
pendientes con la justicia. El domingo, Tania Sánchez ganó las primarias de
Izquierda Unida en Madrid arrebatándosela a quienes llevan controlando la
organización más de 20 años, y devolviendo la ilusión a militantes,
simpatizantes y ciudadanos de Madrid.
El sábado, las marchas por la
dignidad volvieron a reclamar Pan, Techo, Trabajo y Libertad, siendo en la
capital regional en un lugar tan icónico como el Nuevo Complejo Hospitalario
que Cospedal quiere privatizar, poniendo además la guinda al pastel de una
semana de lucha en todo el estado y especialmente en la región donde hemos
recordado el NO al ATC en Villar de Cañas, a las y los interinos despedidos por
la Junta, las reivindicaciones contra la LOMCE, Bolonia y el 3+2, y exigiendo
un B1 gratuito para todos los estudiantes de la UCLM, luchando con los
trabajadores de GEACAM, y recordando en general todos los conflictos que, a
consecuencia del gobierno actual y el anterior, hemos sufrido en nuestra
región.
Torres más altas han caído, y
torres más altas quedan por caer, y esta vez la sociedad está preparada para
asumir la responsabilidad que desde hace 80 años nos han enseñado a omitir y
reservar para lo más íntimo, de lo que no se puede hablar, de lo que “cada uno
es como es” como si fuera una enfermedad vergonzosa que hay que ocultar, y
cediendo nuestra capacidad política a unos oportunistas que se han aprovechado
de cada voto entregado.
Los griegos definían como
“IDIOTAS” a los que no se ocupaban de los asuntos públicos, sino sólo de sus
intereses privados, y definían como “POLÍTICOS” a quienes se preocupaban de los
asuntos de la Polis (la ciudad-estado). Es el momento de desarrollar un "renacimiento" político, de dejar de ser idiotas y
de devolver la política a su concepción primitiva, dejar de llamar políticos a
los que simplemente son unos ladrones, y autodenominarnos políticos a los que
de verdad lo somos, los que cada día salimos a la calle a reclamar los Derechos
Humanos resumidos en Pan, Techo y Trabajo.
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