martes, 10 de marzo de 2015

Por qué el 8 de Marzo es Día de la Mujer Trabajadora

Si alguien ve a Cospedal, Merkel o Susana Díaz celebrar el Día de la Mujer, seguramente se le pongan los pelos de punta. Porque así entendido, el día de la mujer no es más que un reconocimiento al hecho de haber nacido con dos cromosomas XX en lugar de XY. Una vez más vemos cómo, un día que surge como visibilización a una parte invisibilizada por el sistema, es corrupto por el propio sistema para servirlo a sus intereses.

Por eso es tan importante hablar de la MUJER TRABAJADORA, porque no se refiere sólo a las mujeres asalariadas que desempeñan un trabajo formalmente reconocido, sino a todas aquellas que, debido al patriarcado, desarrollan en su mayoría los trabajos de cuidados, de gestión del hogar, que aunque no estén remunerados ni reconocidos, ocupan una cuota muy importante del trabajo necesario para que la sociedad funcione, y sufren los ataques tan directamente como cualquier trabajador o trabajadora remunerado.

Reconocer el día de la mujer trabajadora es reconocer que Dolores de Cospedal, Margaret Thatcher, Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, Ana Botella, son una minoría dominante que invisibilizan al resto de mujeres y que provocan que, superficialmente, parezca que nos acercamos a la igualdad. Hacen valer así la excusa barata del "mérito" y de la "perseverancia" cuando en realidad, lo que transmiten es asumir las reglas del juego que imponen los hombres.

Pero ésta no es una igualdad real, jugar todas y todos con las normas de los hombres, ya que ellas no están defendiendo los intereses de las mujeres, sino los intereses de su clase dominante, y por ello quieren ser ellas el baluarte del 8M cuando deberían serlo las mujeres que cobran un 20% menos por hacer el mismo trabajo, las que trabajan en su hogar y soportan a su marido diciendo que él "trae el dinero a casa", las que luchan contra su doble explotación para estar en igualdad con los hombres que las rodean.

Por eso es tan importante recordarlo. Porque si olvidamos que no sólo hay que ser mujer, sino mujer feminista y trabajadora, para que se defienda realmente la igualdad y cambiemos las reglas del juego, porque no queremos que ellas tengan que luchar a contracorriente para conseguir lo mismo que nosotros, lo que queremos es cambiar las reglas del juego, cambiar el sistema, para que independientemente del sexo, cualquier persona tenga el mismo peso en la sociedad.

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