jueves, 26 de febrero de 2015

No nacimos para resistir, nacimos para vencer

El movimiento estudiantil es muy voluble, y lo sabemos. La gente llega y se va, las luchas empiezan y se acaban, y poco a poco va pasando el tiempo y nos encontramos, casi dos décadas después de las luchas organizadas contra la implantación de la LOU, con un movimiento estudiantil que absolutamente nada tiene que ver con aquellos anteriores.

Porque las personas llegan y se van, pero las ideas, el aprendizaje, y el método permanecen. Un movimiento estudiantil que está superando ya su adolescencia para alcanzar la madurez, y está decidiendo qué quiere ser de mayor. Ya ha pasado por los varapalos de la primera derrota, ya ha superado esa fase de "luchar no sirve para nada", y ya le ha engañado su primera pareja, como pasó con el Sindicato de Estudiantes, y ahora sabe lo que quiere. Y se nota.

Porque ayer en las asambleas, en los encierros, y hoy en las manifestaciones, ya no sólo se oye el "NO al 3 + 2" que caracterizaba las movilizaciones anteriores, hay algo más. Hay organización, hay conciencia de trabajo, y hay una concepción de la huelga que, en estudiantes, no se había producido hasta ahora: La Huelga no es el fin, la Huelga es la herramienta, y no es la única. Y también hay un objetivo, que no es tumbar el decreto para volver a Bolonia, ni tumbar bolonia para volver a la LOU, sino cambiar de raíz la universidad pública para cambiar el sistema productivo del país, y en nuestra región.

Porque el movimiento estudiantil ya no se conforma con resistir. El movimiento estudiantil, con un referente como Estudiantes en Movimiento a nivel estatal, busca vencer, busca construir una universidad pública, gratuita, y que ofrezca una educación digna para todas y todos los estudiantes. Y ese es el salto cualitativo que comienza con estas luchas en 2015 con los ojos puestos en Argentina y en Chile, donde la Universidad ya no tendrá tasas a partir de 2016.

Desde abajo, trabajando desde cada aula y convenciendo a las compañeras de que se puede cambiar la realidad, muchas y muchos ya tienen claro después de años de aprendizaje heredado de quienes ahora tienen un trabajo precario, o son exiliados laborales en el extranjero, que las cosas se pueden cambiar. Que el inmovilismo no es una opción, y que vamos a ganar porque no tenemos mucho más que perder. Y ahora, lo sabemos.

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